Primero de noviembre. Es el día de la visita al cementerio. A mí me gusta la idea de cementerios solitarios, melancólicos, silenciosos. Hoy, sin embargo, se llenan de colorido, de fragancias florales y de bullicio. Hay vivos por todas partes. Sabemos que el resto del año la mayoría de las tumbas se quedan solas y abandonadas. Hoy las familias competirán por colocar el ramo de flores más impresionante sobre la lápida; mañana, nos volveremos a encontrar con un lugar tranquilo y desolado. Y entonces vendrán muy a cuento aquellos versos de Bécquer que dicen: «¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!».
Muchas gracias por tu comentario.
Es siempre una sorpresa encontrarse con alguien nuevo ke te comenta en el blog.
Esto de los blogs es un mundo en el ke si no te conocen, nadie te comenta.
Por eso doblemente agradecida.
Hace poco ke empecé en este mundo blogero y veo ke tú también.
Me gusta tu rincón,
Me pasaré más veces, te guardo n mis favoritos.
Un beso.
Olga.
1 de Noviembre. Es curioso todos mis cercanos fallecidos residen lejos de mi. Y este año ese dia se ha convertido en algo más alegre, la persona que quiero nació un 1 de Noviembre hace 26 años y ha sido diferente la celebración esta vez. Carente del halo de melancolia y soledad que siempre he percibido.
A mí me gusta la melancolía. La tristeza no, pero sí la melancolía, y otoño es proclive a esos momentos.
Siempre es bueno cambiar tristezas por alegrías y más si son alegrías con besos y paseos de la mano. Me alegro mucho de que hayas encontrado un motivo tan poderoso como el amor para celebrar la vida en esta fecha.