El Ziz es un ave fabulosa de las leyendas judías. Su tamaño gigantesco lo asemeja mucho al roc de los cuentos persas o Las mil y una noches. Según el Talmud, es tan alto que, cuando se posa en tierra, su cabeza alcanza las nubes del cielo. Y su envergadura es tal que, si extendiera sus alas, podría tapar el sol y oscurecer la tierra. Cuando es necesario, con su volumen es capaz de proteger las naciones de los duros vientos del sur.
Como el resto de aves, fue creado el quinto día, en un pantano, para que fuera defensor y rey de todas ellas. Su tarea es poner orden. Por eso, cuando llega el equinoccio de otoño, el Ziz se eleva y grita muy fuerte para avisar a las grandes aves de rapiña de todo el mundo que no devoren a las pequeñas.
El Ziz posee un canto fascinante. De ahí que, en hebreo, también se le denomine «cantante celestial». Dado que, por su altura, llegaba hasta el cielo, hubo quienes creían que con su trino debía deleitaba al mismo Dios. También se le llama «el vidente», ya que todo lo ve desde las alturas. Tiene un tercer nombre: «hijo del nido», porque otra de sus peculiaridades es que sus polluelos nacen del huevo sin necesidad de ser empollados.
En el Talmud se considera al Ziz como una de las criaturas de la escatología judía. Junto a Behemot y el Leviatán, forma la tríada de animales gigantescos y monstruosos que se reparten el mundo. Cada uno rey de su elemento: el leviatán es el más notable de los animales marinos; behemot, el de los terrestres; y el zid, el de las aves del aire. Al final de los tiempos, cuando llegue el Mesías y se celebre una gran fiesta, su carne se servirá a los justos en el gran banquete.
Hay varios cuentos rabínicos sobre esta gran ave. En uno, se dice que unos navegantes vieron al Ziz bañándose en el mar, a lo lejos, y quisieron hacer lo mismo, pues pensaron que no debía ser muy profundo. Pero una voz divina les alertó de que no lo hicieran, pues aquel lugar era especialmente hondo. Otro cuento afirmaba que una vez el Ziz puso uno de sus enormes huevos, pero notó que estaba enfermo y podrido. Entonces lo tiró desde lo alto de su elevado nido. Cuando llegó al suelo y se rompió, su contenido destruyó trescientos cedros de un bosque y anegó sesenta ciudades.
Fuentes
-GUTMANN, JOSEPH: “Leviathan, Behemoth and Ziz: Jewish Messianic Symbols in Art”, Hebrew Union College Annual, vol. 39, 1968
-HAMMER, Hill: The Jewish Book of Days: A Companion for All Seasons, Jewish Publication Society, 2006
-KRESSEL, Matthew: «36 Days of Judaic Myth: Day 4, The Great Ziz» en https://www.matthewkressel.net