En la noche del 31 de diciembre del año 192 era asesinado Marco Lucio Elio Aurelio Cómodo Antonino; el emperador Cómodo, vamos, «el malo de Gladiator». Tenía 31 años y llevaba 12 dirigiendo los destinos de Roma. Desde luego, su final no tuvo nada que ver, para nada, con lo mostrado en la película de Ridley Scott. Lo cierto es que Cómodo murió estrangulado en el baño. Su concubina Marcia había envenenado su comida, pero el emperador, tras sentir un sopor que lo dejó adormilado, lo vomitó de repente. Como parecía que el veneno no tenía efecto, los conspidadores mandaron a un liberto, el atleta Narciso, con el que Cómodo se ejercitaba a diario, para que lo estrangulara allí mismo.