Otro de los grabados de Goya de la serie de los Caprichos, el que lleva el número 50. Éste siempre me llamó la atención debido al parecido que presentan las dos figuras de los candados en la cabeza con cierto monstruo muy conocido por todos. Leí en cierta ocasión (o lo vi en algún documental) que, efectivamente, éste grabado pudo haber servido de inspiración gráfica para los diseñadores de la imagen cinematográfica del monstruo de Frankenstein de los años 30, de cabeza cuadrada y angulosa y tornillos en la cabeza. Los tornillos nunca se mencionan en la obra original de Mary Shelley, pero ahora forman parte inseparable de la representación iconográfica del monstruo, que se reconoce por ellos.
Buscando ahora por la red, para investigar más sobre el tema, he encontrado un artículo muy interesante de Susana Gala Pellicer, en la revista Culturas Populares: “Perder un tornillo: una imagen simbólica en el contexto de la Ilustración». En él, la autora ahonda sobre esta idea y ve en los cerrojos del grabado una metáfora de la sujección de las ideas en la cabeza, algo que también podría vincularse con el monstruo literario. Hay que tener en cuenta que en el manuscrito de Ayala el pintor explica: «Los necios preciados de nobles se entregan a la haraganería y superstición, y cierran con candados su entendimiento, mientras los alimenta groseramente la ignorancia.» Y en el manuscrito de la Biblioteca Nacional escribe: «Los necios preciados de nobles siempre están con su executoria al pecho, reclinados desidiosamente, rezando como unos fanáticos el rosario y bostezando. La ignorancia los alimenta groseramente y tienen su entendimiento cerrado a candado.»
En fin ¿vosotros qué pensáis?
Este artículo lo publiqué también en Steemit.