El que acecha en el umbral, de Humberto Oramas |
«Está calavérico» y «está cadavérico» son frases que se emplean de manera indistinta en el lenguaje hablado, para referirse a una persona que está flaca y pálida. Pero hay que puntualizar que esos adjetivos no pueden funcionar como sinónimos en todos los contextos. Analicémoslos:
«Cadavérico» se relaciona con cadáver, no con calavera. Y aunque los sustantivos «cadáver» y «calavera» aluden a una materia muerta, entre ellos hay algunos matices que los diferencian.
«Cadáver» es un cuerpo muerto que aún tiene volumen y, dependiendo del caso, órganos, miembros, piel, huesos, etcétera. En cambio, «calavera» es el conjunto de huesos (unidos) que componen la cabeza, pero que no tienen carne ni piel. Si estos huesos se separan se clasifican en el grupo de osamenta.
De todo esto se deduce que el adjetivo «calavérico» (no está en los diccionarios) puede interpretarse con los significados de ‘perteneciente a la calavera’, ‘relativo a los huesos de la cabeza (unidos)’.
El DRAE en «cadavérico» pone las acepciones de ‘perteneciente o relativo al cadáver’ y ‘de rostro pálido y macilento como el de un cadáver’. De ahí que una persona que tiene el rostro descolorido no está «calavérica» sino «cadavérica».
Cáptese que en «cadavérico» está resumido todo: los matices de pálido, delgado, huesudo, enfermo, desnutrido, escuálido, flaco, macilento, esquelético, etcétera. Y si esto es así, ¿por qué no evitamos el uso del otro adjetivo, en contextos similares a los de este análisis?
Artículo de Piedad Villavicencio Bellolio publicado en El Universo, 22/08/2010. Tomado de la FUNDEU
Y los huesos de los Santos son Reliquias…
Buena exposición, profe…deberias enseñarlo por ahi, poca gente conoce la diferencia, es lo que tiene el lenguaje popular… por eso, no dejan de utilizar el otro adjetivo 😉