Y para acabar el año, unas imágenes del castillo de Hohenzollern muy acordes con estas fechas. Un auténtico castillo de cuento de hadas.
El origen de Burn Hohenzollern es medieval, aunque el castillo que se visita hoy en día data de mediados del XIX. Encaramado sobre una alta colina, en Hechingen, el castillo de Hohenzollern es un ejemplo de arquitectura del romanticismo alemán, digno de los cuentos de los hermanos Grimm. Aunque debe mucho, también, al estilo neogótico inglés y a los castillos del Loira.
Burn Hohenzollern fue un capricho de Federico Guillermo IV de Prusia, y muestra la idea que se tenía entonces de lo que debería ser un castillo caballeresco. Lo único que queda de los dos primitivos castillos medievales (el original del siglo XI y su reconstrucción del XV) es la capilla de san Miguel Arcángel.
El castillo guarda hoy en día varios tesoros históricos, como la corona de Guillermo II de Prusia, efectos personales de Fererico II o la gran espada Gassenhauer, de 1,80 metros.
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